terça-feira, 31 de maio de 2011

Carreiros

Carreiros, calexas, callejones, senderos. En cada vereda, orilla, veira.
Buscando el camino más corto las personas miopes tendemos a orillar hasta desaparecer por el mar. En el mejor de los casos nos perdemos por un sendero escondido por el paso del tiempo o un callejón de salida remota. Todos los caminos sin cruces terminales llevan a otro y aunque tengamos que escalar una y otra vez siempre cabe la posibilidad de dar la vuelta. Y la vuelta no es el eterno retorno aunque el tiempo no sea lineal, ni tan siquiera cíclico, porque el tiempo es relativo y relativamente volvemos sobre pasos que ya no son nuestros al haber hecho camino.
No es igual este mayo que se acaba al del mayo pasado, pero sin duda se ha abierto un sendero tapado por el paso del tiempo, es decir, por el matojo, la hoja seca y el olvido.


quarta-feira, 11 de maio de 2011

Caminos de vuelta o rutas fijas

Con el sol me he atrevido a cambiar los raíles eléctricos por una bicicleta. En la ciudad, en ésta, pedalear es seguir una ruta y la aventura se acaba en elegir cuál. Si te desvías enlazas con otra y todas te llevan de vuelta. Es igual que los raíles, no hay pérdida.

A lo lejos el recuerdo de abrir caminos entre mimosas, robles, abedules.
A lo lejos la montaña y el mar, los caminos de mil nombres, los viajes sin vuelta, las vueltas imprevistas, la noche que no espera...

Cada vez más lejos el recuerdo de hacer tu propio camino y cada vez más cerca de seguir el mismo camino de vuelta.

¿Somos iguales porque caminamos juntos o porque no nos desviamos del camino?